Conforme van pasando los años todos los materiales se van deteriorando. Algunos tienen más resistencia que otros. Es el caso de las piezas de caucho que en Valencia fabricamos en nuestra empresa. Ofrecen una gran resistencia y se pueden emplear en para numerosas funciones. Sin embargo, no están exentas de sufrir un deterioro progresivo.

Ese envejecimiento se manifiesta en las piezas de caucho a través de los cambios de aspecto (como el color o el craqueo de la superficie), así como en los cambios en las propiedades mecánicas (como la dureza, la resistencia a la tracción, etc.). Cuando eso sucede, el artículo pierde la capacidad de actuar para las funciones para las que fue diseñado, por lo que es necesario recurrir a uno nuevo.

En realidad, son varios los factores que influyen en ese envejecimiento. El calor es uno de ellos. Las reacciones químicas del envejecimiento aumentan con la temperatura. La fuente de calor puede ser externa o interna (por ejemplo, los artículos que se someten a unas repetidas deformaciones que generan calor por histéresis).

Otro factor muy importante en el envejecimiento de este material es el oxígeno. Este elemento, presente en un 20% en la atmósfera, puede hacer que el material se vuelva rígido y quebradizo, o que se vuelva blando e incluso pegajoso.

El ozono, a pesar de que tiene una presencia baja en la atmósfera, también es un elemento que afecta en gran medida al caucho, debido a que es muy activo químicamente. Sus efectos se dejan ver a través de la aparición de grietas en las piezas.

Pero estos son solo tres de los muchos factores que van provocando poco a poco el envejecimiento de las piezas de caucho. De otros de ellos te seguiremos hablando en próximas entradas del blog de Rovalcaucho.

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